Cada persona, cada ser humano es un estado de conciencia, es energía.
Las personas que nos rodean son un reflejo de nuestro interior, son un espejo de nosotros mismos y nos reflejan.
En nuestra alma hay miles de emociones y pensamientos, estados de conciencia que están en pleno desarrollo y crecimiento. Durante nuestra vida, van llegando personas y otras van saliendo, todo es parte de un proceso de evolución.
Las personas cuando llegan a nuestras vidas lo hacen con una determinada misión para nuestro crecimiento interno.